La vendimia es, como decíamos la semana pasada, el proceso más importante en la elaboración de un vino. Es el momento de recoger el fruto de la planta, del viñedo. De ahí se lleva a la bodega, en caso de producciones propias como en el caso de Barcolobo, o a cooperativas, en situaciones particulares. Obviamente, todo el proceso que viene después de selección, despalillado, estrujado, fermentación y prensado es crucial. Pero lo que va a determinar la calidad del caldo es la recogida de la uva. Y por eso existen diferentes técnicas. 

Técnica Manual

Aunque sigue siendo una técnica bastante ‘ancestral’, y muchas bodegas optan por la vendimia manual, los avances tecnológicos permiten realizar una vendimia mecánica. Esta decisión dependerá, principalmente, del tipo de viñedo y de la mano de obra disponible.

En la vendimia manual, las uvas se recogen a mano, racimo a racimo. Aunque se trata de un proceso más lento y cansado, esto permite que los vendimiadores vean qué racimos son óptimos; aquellos que se encuentran en las condiciones ideales de maduración. Una vez que se seleccionan, se echan en cajas y se llevan a la bodega. El tamaño de la caja también juega un papel importante para evitar aplastar las uvas. Cuando tienen mucho peso, se rompen y permiten la entrada de organismos. Para cuidar la calidad se recomienda la recolección en cajas de no más de 15 Kg.

Se trata de un proceso más laborioso, también más caro, pero por eso se garantiza un caldo de altísima calidad. Para algunos estilos de vinos, como muchos dulces elaborados con uvas afectadas por la Botritis noble, la recolección se hace uva a uva, y se recorre el viñedo varias veces seleccionando baya por baya. Esto sería imposible con la vendimia mecánica.

Técnica Mecánica

Por su parte, la vendimia mecánica recurre a la maquinaria para recoger la uva. En este caso, las cosechadoras son las grandes protagonistas. Pero importante, no se pueden utilizar en cualquier viñedo, solo en aquellos cuyas plantas están cultivadas en espaldera, en terreno llano o con poca inclinación, en suelo seco, en variedades que no se rompan con facilidad y que al agitarlas se separen con poco esfuerzo del rapón. La gran ventaja de estas técnicas es la velocidad de recolección. Hay variedades como el Sauvignon Blanc que maduran muy rápido y necesitan ser recolectadas en el menor tiempo posible. En contraposición de la opción manual, es una técnica más económica que conlleva menor cuidado de la uva, se puede romper. Además, también se recolectan hojas, trozos de vid que se rompen, insectos y racimos en mal estado. Por eso, se considera de menos calidad. Aunque si una vez que se lleva la uva a la bodega se hace una selección, se puede hacer igualmente vino de gran calidad.

Estos son las técnicas de recolección. También puedes escuchar hablar de la vendimia nocturna, cuya razón se realiza de noche para evitar las altas temperaturas (detrimento de calidad, ahorro en bodega para bajar la temperatura) de estos meses es más fácil hacerla con cosechadora. O de la vendimia tardía, que se hace lo más tarde posible para que el fruto tenga la máxima concentración de azúcares y se puedan realizar, por ejemplo, vinos dulces.