Asociado frecuentemente al mundo del vino, es cierto que no todo el mundo termina de identificar para qué sirve el decantador de vino. ¿Elemento decorativo? ¿Recipiente? Bien, pues se trata de una vasija de cristal que se utiliza para servir el vino. Pero…¿por qué cambiarlo antes de servir si su botella ya es su recipiente? Y otra pregunta bastante frecuente. ¿Por qué esa forma tan peculiar? 

¡La respuesta es sencilla! Este objeto, con un corte bastante estético, tiene la base más ancha que la boca, con un cuello muy estrecho, porque su función principal es la de airear u oxigenar el vino. De hecho, su forma es la que propicia esta acción: normalmente se sujeta por el cuello y se inclina levemente para que el vino caiga pegado a la pared y se pueda “abrir”. Es el primer paso para tener contacto y acelerar la oxigenación. Bueno, no precisamente, el punto número uno sería el descorche de la botella, recomendable dos horas antes de servirlo. 

Y otra pregunta que también surge al llegar a este punto. ¿Por qué es necesario “airear” el vino? Esta acción, vinculada a los tintos, se produce para retirar el depósito sólido que se genera en aquellos vinos viejos (o muy viejos) durante la crianza. Al usar el decantador de vino, evitamos que los posos (como se llama a ese depósito) queden fijados a la base. De esta forma estamos “despertando” sus aromas, e incluso su color, que han ido disimulando durante el paso del tiempo. 

Como hemos dicho, decantar es una acción asociada a los tintos. No obstante, hay quienes también airean los rosados y los blancos. Es una forma de abrirlos y “recuperar su juventud”; y en algunos casos también de eliminar un aroma de defecto poco agradable.

 

Los tiempos

No hay una norma general, pues no todos los vinos son iguales. En este caso nos dejaremos guiar por el tiempo de crianza. Los tintos los dividiremos en 3 categorías: Tintos ligeros de poco cuerpo, entre 20 y 30 minutos; Tintos de cuerpo medio, entre 30 y 60 minutos; Tintos de cuerpo alto, de 1 a 2 horas. Los vinos blancos y rosados bastará con unos 10 minutos.

 

Es hora de que disfrutes de tu Barcolobo favorito y pongas en práctica todo lo aprendido sobre decantadores. Sirve tu vino con el mismo mimo que  se ha elaborado para una experiencia gastronómica excelente