En verano, el frigorífico se convierte en el único lugar de la casa en el que poder conservar los alimentos: frutas, verduras, bebidas…todo eso que durante el resto del año permanece almacenado en la despensa. Y es que…¿A quién le apetece tomarse una copa de vino caliente cuando hace 35 C a la sombra? ¡A nadie!Si tú también eres un amante del vino y no te gusta cuando lo encuentras caliente en un mueble de la cocina (y no a su temperatura de consumo recomendada), atención a estos tips para enfriar vino, en menos de dos horas. 

 

  • Cubitera. Este recipiente es, posiblemente, el método de enfriamiento más popularizado y estandarizado. A nivel doméstico y también hostelería. Tan sencillo como llenar una cubitera de hielos, meter la botella y dejar al frío hacer su magia. Si quieres potenciar y acelerar el ritmo, puedes añadir sal gorda, y en un par de horas tendrás tu vino listo.

 

  • Toalla. Si pensamos detenidamente en este objeto, no parece que tenga mucho sentido. ¿Cómo vamos a arropar una botella para refrescarla? Pues tan sencillo como lo siguiente: moja la prenda (toalla, paño, trapo – o incluso papel de cocina) hasta que quede bien húmedo, envuelve la botella  y después métela en el congelador durante unos minutos. En media hora tendrás tu vino para servir. 

 

  • Varilla de enfriamiento. Los métodos, los utensilios evolucionan. Y actualmente, existen unos enfriadores bastante avanzados, con los que podrías incluso regular la temperatura que tú quieras. Por ejemplo, unas maletas en las que puedes meter la botella. En este caso vamos a hablar de la varilla, que no deja de ser un elemento metalizado, que permanece en el congelador y que solo tienes que introducir en la botella hasta calcular que ya ha cogido la temperatura perfecta. 

 

  • Hielo. Del mismo modo, se utilizan los cubitos de hielo. Intentando que no se derrita (si el vino estuviese demasiado caliente), se puede refrescar en cuestión de segundos con el contacto directo del hielo y el líquido. Eso sí, hay quienes se limitan a introducir el hielo y dejarlo en su copa hasta que se termina el vino. Es muy lícito, pero no muy recomendable ya que el vino se termina aguando y perdiendo sus matices – por no hablar de los nuevos elementos que interfieren en nuestra bebida (por ejemplo, el cloro). 

 

  • Uvas/ frutos congelados. Uno de los últimos trucos, que se empieza a ver en muchos bares y restaurantes, es la congelación de frutas. Aunque normalmente se utiliza la uva – ya que es el producto principal del vino -, en ocasiones sirven otros frutos que potencian otros matices. ¡Es una exquisitez! En este caso, y a diferencia del hielo, puede mantenerse en la copa, no solo para refrescar sino para dar sabor. 

 

¿Qué te han parecido estos 5 trucos? ¿Conocías alguno? Si es la primera vez que los escuchas, no dejes de apuntarlos porque…desde Barcolobo siempre queremos vuestras copas de vino bien fresquitas, a su temperatura recomendada.