Conceptos como el cambio climático o el calentamiento global son cada vez más protagonistas en nuestro día a día. Y es que las actividades del ser humano dejan, irremediablemente, su huella en el medio ambiente. La globalización de la sociedad, los avances de la tecnología, el consumismo desmedido. Todo esto está provocando una grave crisis ambiental, de la que el sector rural también está participando. En Barcolobo queremos resaltar que hoy, 3 de diciembre, se celebra el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas, con el fin de disminuir el uso de los agroquímicos usados en todas las plantaciones agrícolas.
Se celebra este día, desde finales de los años 80, después del accidente ocasionado en la comunidad de Bhopal (India) en la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984. Por una serie de errores/ negligencias, se vertieron en la zona miles de toneladas de plaguicidas que envenenaron a la población directamente. Pero también todo el ambiente (agua, suelo y, por ende, plantaciones de alimentos). Una catástrofe que acabó con la vida de 16.000 personas y que sigue estando visible en aquella comunidad.
Después de aquel incidente, un total de 400 organizaciones que formaban parte de la Red de Atención en Plaguicidas (PAN Internacional, de sus siglas en inglés Pesticide Action Network) – y representantes de 60 países – establecieron este día como efeméride para visibilizar el mal uso de estos productos.
Qué es un plaguicida
Pero, ¿qué productos son exactamente? Un plaguicida es una sustancia o mezcla de sustancias destinadas a controlar cualquier tipo de plaga; matar, repeler o interrumpir el crecimiento de seres vivos que causan perjuicio o que interfieren en la producción agropecuaria y forestal.
Además, es difícil concienciar de la repercusión de estos productos, ya que existe una clasificación bastante extensa. Según su aplicación (de uso ganadero, ambiental, etc.), su acción (herbicida, insecticida, etc.); y también su estado (gaseoso, líquido, etc.), su constitución química (triazinas, piretorides, etc.) y por último, pero más importante, su peligrosidad (nocivos, altamente tóxicos, etc.).
Todos ellos son peligrosos para el ser humano. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en 100.000 las muertes que se suceden al año por el uso de pesticidas; y unas 200.000 intoxicaciones.
Ya conocemos las cifras. Es momento de concienciarse y si no se puede erradicar su uso, al menos disminuirlo y hacerlo de forma sensata, siempre y cuando no sobre exceda los límites salubres que afecten de forma directa o indirecta a la vida de las personas.